La Divina Misericordia
¿Porqué hacer la Coronilla de la Divina Misericordia?
Realizar el Rosario de la Divina Misericordia es una práctica espiritual profundamente significativa para los católicos. Esta devoción nos invita a meditar en la infinita misericordia de Dios manifestada a través de su Hijo Jesucristo. Al recitar las oraciones del Rosario, como el Padre Nuestro y el Ave María, y al contemplar los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, nos sumergimos en la profundidad del amor de Dios por la humanidad.
La Divina Misericordia nos ofrece perdón, sanación y renovación espiritual. Al realizar el Rosario de la Divina Misericordia, nos unimos a millones de fieles en todo el mundo en un acto de adoración y alabanza, fortaleciendo nuestra fe y nuestra relación con Dios.
Es una poderosa herramienta para encontrar consuelo en tiempos de prueba, para interceder por nuestras necesidades y las de los demás, y para experimentar la paz que solo proviene de confiar en el amor y la misericordia de Dios.
Importancia de la Coronilla de la Divina Misericordia
La práctica del Rosario de la Divina Misericordia es fundamental para fortalecer la conexión espiritual con la misericordia infinita de Dios. Este acto devocional nos brinda consuelo, esperanza y renovación espiritual en tiempos de adversidad.
Al recitar las oraciones del Rosario y meditar en los misterios de la Pasión y Resurrección de Jesús, experimentamos el amor redentor de Dios de manera profunda. Además, al unirnos en oración con millones de fieles en todo el mundo, fortalecemos nuestra fe y recibimos gracia para enfrentar los desafíos cotidianos con serenidad y confianza. Rezar el Rosario de la Divina Misericordia nos ayuda a cultivar una vida espiritual vibrante, centrada en la compasión y el perdón, y nos acerca a la paz interior que solo puede provenir del amor infinito de Dios.
Origen de la Coronilla de la Divina Misericordia
La Coronilla de la Divina Misericordia, recitada a las 3 de la tarde, tiene sus raíces en las revelaciones hechas a Santa Faustina Kowalska, una monja polaca del siglo XX. Según los relatos de Santa Faustina, Jesús le reveló la importancia de rezar la Coronilla a las 3 de la tarde, el momento en que Él murió en la cruz para redimir a la humanidad. Durante una visión, Jesús le instruyó a ofrecer la Coronilla por la misericordia del mundo entero y especialmente por los pecadores agonizantes, prometiéndole que en ese momento Él concedería cualquier gracia que se le pidiera con fe.
Santa Faustina recibió el encargo de difundir esta devoción y enseñó a otros a rezar la Coronilla, transmitiendo el mensaje de la misericordia divina que Jesús le había confiado. A medida que esta devoción se extendió, se adoptó la práctica de rezar la Coronilla a las 3 de la tarde en todo el mundo, especialmente en los conventos de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, fundada por Santa Faustina.
Desde entonces, la Coronilla de la Divina Misericordia ha sido una poderosa herramienta espiritual para los fieles católicos, que recuerda el sacrificio de Jesús y nos invita a confiar en Su misericordia infinita. Rezarla a las 3 de la tarde es un recordatorio del amor redentor de Cristo y una oportunidad para unirse a Él en oración por la conversión y la salvación del mundo.
¿Por qué es importante el horario de las 3 para rezar la Divina Misericordia?
La Coronilla de la Divina Misericordia se recita tradicionalmente a las 3 de la tarde, el momento en que, según la tradición cristiana, Jesús murió en la cruz para redimirnos de nuestros pecados. Este horario tiene un significado especial, ya que representa el momento de la máxima gracia y misericordia divina, cuando el sacrificio de Jesús se consumó por amor a la humanidad.
Recitar la Coronilla a esta hora nos permite unirnos espiritualmente al sacrificio de Jesús y abrir nuestros corazones a la abundante misericordia que fluye del costado de Cristo. Además, se considera que esta práctica tiene el poder de interceder por la conversión de los pecadores y la salvación del mundo, de acuerdo con las revelaciones hechas a Santa Faustina Kowalska. Por lo tanto, hacer la Coronilla a las 3 de la tarde es una forma especial de honrar el sacrificio de Jesús, de sumergirnos en Su misericordia y de renovar nuestra confianza en Su amor redentor.
Cómo rezar la coronilla de la Misericordia
El Rosario de la Divina Misericordia es una poderosa herramienta espiritual que nos acerca al amor y la compasión de Dios. Aquí te guiaré paso a paso para que puedas realizarlo:
Encuentra un lugar tranquilo y libre de distracciones para dedicarte a la oración. Toma tu Rosario de la Divina Misericordia y siéntate cómodamente.
Comienza con la señal de la cruz
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
En cada una de las tres cuentas pequeñas, rezar la oración de Santa Faustina:
Oh Sangre y Agua, que brotasteis del Corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros, ¡en Vos confío!
Recita el Padre Nuestro
» Creo en Dios Padre,
Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.
Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable.
Amén. «
Reza el Credo
» Creo en Dios Padre,
Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.
Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable.
Amén.»
Al comienzo de cada decena ( Cuenta grande ) rezar la siguiente oración:
Padre eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero.
Amén.
En la cuenta pequeña de la decena, rezar. la siguinete oración por 10 veces
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Finalizar con la siguiente oración ( Repetir por 3 veces)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Repetir este proceso hasta terminar la coronilla
Cierra con la oración
» Dios eterno, en quien la misericordia no tiene fin y el tesoro de la compasión es inagotable, míranos con bondad y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en los momentos difíciles no desesperemos ni nos desanimemos, sino que con gran confianza nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia mismos. «
Termina con la señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén